La mejor ciencia es aquella que conoce su pasado y está dispuesta a hacerse responsable de sus futuros.
Donna Haraway
Hay una cantidad enorme, casi ilimitada, de acciones que podemos realizar con respecto a la crisis ecosocial, pero como nos está costando imaginarlas, no las estamos viendo. Para crear algo, hay que imaginarlo antes, pero para impregnar a alguien más y empezar a soñar en conjunto, primero hay que esparcir la voz.
La comunidad científica ha logrado grandes avances en el desarrollo de nuestra imaginación ecológica, dice Karie Norgaard, pero todavía necesita desarrollar una imaginación sociológica. Esto es, una imaginación que nos permita describir mejor lo que ocurre a nuestro alrededor.
Es probable que tanto un físico como ella misma estén viendo el mismo fenómeno, pero cada profesional lo asume con diferentes matices. Si le preguntas a una física atmosférica qué provoca el cambio climático, dirá que los gases invernaderos, si le preguntas lo mismo a una ingeniera medioambiental la respuesta será diferente, y para una socióloga no cabe hablar de cambio climático sin abordar la concentración de poder o de recursos naturales. Sin embargo, al ver causas diferentes las respuestas cambian entre un diagnóstico y otro. Como las ciencias naturales han dominado la discusión académica sobre el cambio climático, su visión ha prevalecido. Como resultado, más allá de buscar el problema de raíz que causa el cambio climático, los humanos lo hemos enfocado principalmente en el derroche de energía y la contaminación.
Los estudios sobre el comportamiento de las plantas nos muestran que el mundo vivo se relaciona dentro de un complejo tejido de interdependencias donde todos los seres nos afectamos de manera simbiótica, más allá de lo que los humanos podemos ver, percibir o comprender con facilidad.
Epífita investiga nuevas formas de afrontar la crisis ecosocial desde la observación del mundo vegetal, en tanto inteligencia de la que aprender otras formas de vida, de comunidad, de futuro. Y mediante una aproximación poética al comportamiento de las plantas proyecta ideas, formas y narrativas que nos ayuden a abrir nuevos imaginarios para combatirla.